Santa Mariña de Aguas Santas

Santa Mariña, una joven de leyenda y un pueblo con mucha historia en Galicia

La parroquia de Augas Santas, ubicada entre bosques, montes y valles, la forman pequeñas aldeas como Santa Mariña, Laioso, Ducí, Outeiro da Laxe, Souto, Tosende, Turzás, Vila, Armeá y Pazo. En estas tierras vivió Santa Mariña, os vamos a contar su historia, Viajamos hasta la primera mitad del siglo II después de Cristo. Aunque hay algo de discrepancia, la versión más extendida es que en esta época, en la Comarca da Limia, nació Mariña, hija de Teudio, gobernador romano de Limia y, según algunos, sacerdote pagano. Su madre murió al poco de nacer y su educación fue otorgada a una humilde aya de la antigua aldea de Pinnitus, Piñeira de Arcos. Aquella mujer educó a Mariña en el cristianismo en una época de persecuciones a esta religión por parte del Imperio romano. Su padre, Teudio, sabía que su hija había sido bautizada pero optó por no castigarla de forma física y simplemente ignorarla y dejarla en condición de aldeana, sin ningún tipo de derechos ni riquezas. Al cumplir 15 años pastoreaba el ganado cuando pasó por allí el prefecto romano, Olibrio, que se dirigía al castro o ciudad de Armea. Al verla quedó totalmente cegado por la pasión que lo llevaría a cometer cualquier acto para conseguir a Santa Mariña.

Ella siempre rechazó a Olibrio y este la sometió a todo tipo de vejaciones y torturas. Cuenta la leyenda que fue quemada en el Forno da Santa, en la cripta de la Basílica inacabada de la Ascensión, pero que su cuerpo nunca ardió. También dice que fue San Pedro quien la salvó de las llamas y la refrescó en la pioucas. Desesperado, Olibrio ordenó que le cortasen la cabeza. Fue decapitada en julio del año 138 d.C. y de su cabeza brotaron tres manantiales. En el lugar en que fue enterrada se levantó un templo, que todavía podemos visitar. En realidad es complicado saberlo porque no hay documentos escritos hasta el siglo XI. Todo lo que llegó hasta ese momento fue la tradición oral, pero también hay muchos indicios históricos y algún hallazgo que nos corroboran la veneración de la santa desde tiempos remotos. Se pueden visitar muchos de los elementos de la leyenda, los tres manantiales, el horno donde intentaron quemarla, la ciudad de Armea, entre otros, que confirman que puede haber mucho de realidad en la historia de Santa Mariña, una mujer luchadora que quiso reivindicar sus derechos hace ya muchos siglos. Una historia de lucha personal y entre culturas, donde el cristianismo todavía guardaba creencias y ritos castreños y donde ambas intentaban sobrevivir ante la fuerza del Imperio romano. El entorno del Santuario de Santa Mariña fue declarado Monumento histórico artístico en el año 1931 y la comarca Conjunto Histórico Artístico en 1963.

Iglesia de Santa Mariña

La Iglesia de Santa Mariña de Augas Santas está totalmente ligada a la figura de Santa Mariña que fue enterrada en este lugar sobre el siglo II d.C. Este acontecimiento llevó a las gentes del lugar a honrar y adorar este espacio. No hay referencias escritas de este santuario hasta el siglo XI. Según la tradición fue en tiempos del rey Alfonso II de Austria, el Casto, (759-842) cuando se descubrió la tumba de Santa Mariña. El rey ordenó levantar un pequeño templo para venerar a la santa y así reforzar el cristianismo en la zona. De la época anterior solo se preserva un capitel datado entre los siglos V y VII. A finales del siglo XII, gracias al obispo Alfonso I (1174-1212), se empezó de nuevo a venerar a Santa Mariña, recopilando y escribiendo sus milagros para así promover la peregrinación al lugar. Se inicia la iglesia románica a finales del siglo XII y continúan los trabajos hasta mediados de XIII. Se necesitaba una construcción atrayente para mostrar a los peregrinos y devotos un mausoleo propio de una mártir como fue Santa Mariña. Era tal la devoción que incluso Fernando III en su etapa de reconquista dedicó a Santa Mariña dos parroquias en Córdoba y Sevilla. En galicia existen 110 parroquias bajo la vocación de Santa Mariña. La iglesia de Santa Mariña pertenece a la arquitectura románica ourensana. Es un edificio de gran envergadura dentro del románico rural gallego que cuenta con tres naves. Es una pena no conservar la fachada románica de la época ya que fue sustituida por una de corte barroco en el siglo XVIII. Se eliminó el antiguo campanario y se taparon las torres laterales con cúpulas para armonizar la nueva fachada. Las piedras del antiguo campanario se reutilizaron para pavimentar el atrio de la iglesia. En el exterior llaman mucho la atención los tres rosetones de cristales tintados con los que se ilumina cada una de las naves de la iglesia, estos se encuentran tanto en la parte frontal como en la parte posterior. Los rosetones centrales resaltan por su tamaño y colorido. En todo el perímetro lateral de la iglesia destacan los canecillos que sustentan el alero del tejado. Si os fijáis bien, son de una gran belleza, predominando las formas geométricas con un gran gusto y acabado. También encontramos algún animal o figura humana, aunque en menor cantidad. El atrio que rodea al mausoleo fue un cementerio hasta el siglo XVI, época en la que también se instalaron unos «tornavacas» (pasos canadienses) que impedían el paso de los animales al mismo. Alrededor de la iglesia se encuentra un vía crucis con 12 cruceiros entre los que destaca el del patio de la capilla de Santo Tomé sobre plataforma de base cuadrada y dos escalones. En su interior, en una nave lateral de la iglesia, se encuentra el motivo principal de este templo, el sepulcro de Santa Mariña. Según el catedrático Ramón Yzquierdo Perrín, nos encontramos ante el único monumento funerario de carácter arquitectónico existente en Galicia. Este mausoleo ha sufrido muchas intervenciones a lo largo de la historia. Hoy día está cubierto por un baldaquino policromado donde una figura de Santa Mariña se encuentra mostrando una palma, como símbolo de mártir, una cruz, como símbolo de su devoción por el cristianismo, y pisando un dragón, que representa su victoria ante el maligno. Alrededor del sepulcro se realizan diversos rituales. Antiguamente las gentes del lugar recogían la tierra de encima del sepulcro para mezclar con agua para beber y así curarse de cualquier enfermedad. En el ábside también se encuentra otra representación de la santa, aunque parece ser que de las tres figuras existentes la más querida por los fieles es la procesionaria. En la otra nave lateral, se encuentra un pequeño retablo que en su parte inferior está trabajado con cuero policromado que tuvo un creciente auge en la zona con la decadencia de la producción del lino. El techo de la iglesia a dos aguas aún conserva en algunas de sus vigas policromía mudéjar del siglo XV. También podemos entrever policromías en los frontales de las naves de la iglesia del siglo XVI. Era tal la importancia de esta iglesia que en ella encontramos muchas similitudes arquitectónicas con otros monumentos relevantes de la arquitectura religiosa en Galicia. Los ábsides exteriores nos recuerdan al Monasterio de Oseira, los falsos capiteles a la catedral de Ourense o el falso triforio a la catedral de Santiago de Compostela. Todo esto nos da pistas de que posiblemente los mejores maestros de obra estuvieron trabajando en este santuario.

Pazo de Verán del Obispo

Este pazo, que se encuentra al lado de la Iglesia de Santa Mariña de Augas Santas, fue construido a principios do s. XVIII por encargo de Muñoz de la Cueva (1660-1728), obispo de Ourense, para pasar los veranos. Es una construcción de piedra bastante simple donde destaca su escalera de acceso compuesta de dos tramos. El primer tramo se encuentra adornado con dos figuras animales que protegen el pazo. El siguiente tramo está decorado con ornamentación de forma cilíndrica.

En el pazo, anexo a otras viviendas, destacan las lápidas fúnebres que se encuentran pegadas a sus fachadas, así como varios cruceiros que van rodeando todo el atrio de la iglesia. A lo largo de la historia tuvo varias funciones como la de dar refugio a religiosos y enfermos durante la invasión francesa. En la actualidad, es la casa parroquial, se encuentra en muy mal estado.

Capela de Santo Tomé


Es una espacio que pertenece al Pazo del Obispo. En su interior se encuentra uno de los manantiales atribuidos a la muerte de Santa Mariña, conocido popularmente como el Pozo da Santa. Tradicionalmente, este es el lugar concreto donde decapitan a Santa Mariña. Durante algún tiempo fue capilla privada del arzobispado para venerar a la mártir. Este espacio no tiene ningún valor arquitectónico, lo más destacable es el pozo y un retablo pictórico.

Dicen que las aguas de este manantial curan dolencias, protegen al ganado y favorecen los cultivos. No está recomendado su consumo. Los vecinos de Augas Santas beben habitualmente de la fuente de la santa que se encuentra al lado de la iglesia.

Al lado del Pozo de la Santa se encuentra, a modo de retablo, un cuadro con la representación alegórica del martirio de Santa Mariña. En la parte superior podemos observar la santísima trinidad, padre, hijo y espíritu santo, representado por una paloma. En la parte izquierda vemos a Santo Tomás, del cual toma nombre esta capilla, portando una corona de flores para coronar a Santa Mariña. Toda esta representación se enmarca en un típico paño barroco.

Fuente de Santa Mariña 

Situada en la parte trasera de la Iglesia de Santa Mariña, es otro de los tres manantiales que aparecen, según la tradición, después de la decapitación de Santa Mariña. Simbólicamente posee tres caños de agua desde su reedificación en 1840 que fue ordenada por el Obispo Dámaso Iglesias Lago, como corrobora una inscripción situada encima de la figura de Santa Mariña. La fuente tiene un diseño de frontón clásico, adornada con pilastras policromadas empotradas en sus laterales y rematado con capiteles en forma de bulbos y una cruz central. En su centro posee una pequeña hornacina coronada por una concha de Santiago donde se encuentra la figura de Santa Mariña portando la cruz, la palma y pisando a un dragón. El agua del manantial, a través de un canal de piedra, llena un pequeño lavadero que se encuentra enfrente de la fuente. Al lado de la fuente podréis ver los restos de un roble centenario con más de 300 años de antigüedad que ya aparece en los escritos del Obispo Juan Muñoz de la Cueva en el año 1728, junto con otros tres grandes ejemplares. Estuvo a punto de entrar en el catálogo de árboles singulares de Galicia, pero fue rechazado por no alcanzar la altura y el perímetro mínimos para formar parte de esta lista. Este árbol no debemos confundirlo con el «Carballo de la Santa» que se encuentra cerca de la inacabada Basílica de la Ascensión y del castro de Armea. El roble se encontraba bastante deteriorado por la presencia de una especie de escarabajos que habitaba en su interior. Esto provocó la caída de varias de sus ramas e incluso un pequeño accidente. Todo esto hizo que se tomase la decisión de cortarlo por su base. 

Santa de Pedra

Esta pequeña talla de piedra se encuentra en los alrededores de la aldea Santa Mariña de Augas Santas. En 1790 el párroco de S. Vicente, Don Antonio Cid, encarga la colocación de esta imagen. Un pequeño sendero os conducirá hasta ella bordeando el valle de la Rabeda. La ruta, de apenas 30 min, atraviesa frondosos bosques de robles de gran belleza. Al llegar a la Santa de Pedra nos encontramos una gran piedra que en su parte frontal tiene una pequeña hendidura en forma de oreja. Esta formación retiene agua y, según la tradición, posee propiedades curativas. En la parte superior se encuentran una imagen de piedra de Santa Mariña y una cruz repleta de ofrendas de los fieles. Posiblemente se trate de la cristianización de un lugar del culto castreño.

Basílica inacabada de la Ascensión y el Forno da Santa


Cerca del castro de Armea nos encontramos con la Basílica de la Ascensión o Asunción, declarada conjunto monumental en 1955. Es un santuario inacabado de planta absidial y una sola nave del s. XIII. Alberga en en su parte baja una pequeña cripta con gran valor histórico y arqueológico y que da a conocer un largo período de la historia. Gracias a la construcción de la basílica se preservó este magnífico tesoro.

 La cripta consta de tres estancias. En la primera nos encontramos una cubierta con una bóveda de cañón apuntada y varias lápidas sepulcrales con diversos escudos, que formaban parte del suelo. Posiblemente data del siglo VI y VII coincidiendo con la difusión de la leyenda de Santa Mariña. La segunda estancia está precedida por la llamada
 piedra formosa. Esta piedra es muy importante en el conjunto pues nos sitúa posiblemente en una antigua sauna o habitáculo relacionado con algún ritual iniciático de carácter mágico de finales de la cultura castreña o galaico romana. La canalización del agua y la gran pileta que se encuentra en la primera estancia apuntan a este tipo de construcciones. La piedra formosa está flanqueada con dos adornos en relieve que recuerdan a algún tipo de animal pequeño y a una serpiente. En su parte alta hay una cruz de Jerusalén que se añade posteriormente. La tercera estancia nos sitúa en el horno, Forno da Santa, donde cuenta la leyenda que Olibrio quiso quemar viva a Santa Mariña, aunque, según la leyenda, fue rescatada por San Pedro a través del conducto de chimenea. La Basilica de la Ascensión así como su cripta y horno fue declarada conjunto monumental histórico-artístico en 1963.


Penedo da Moura

Estas maravillosas rocas de forma cilíndrica guardan una de las leyendas más populares y más arraigadas en el imaginario colectivo del pueblo gallego. El origen de la palabra mouro no está muy claro. Para muchos proviene de la palabra gallega ouro (oro), ya que estos seres mitológicos tienden a acumular grandes cantidades de este preciado material. Las mouras, que poseen una gran belleza, se suelen relacionar con lugares próximos a castros, mámoas o dólmenes, pues tenían poderes sobrenaturales para transportar enormes piedras con las que hacer estas construcciones. En Armea nos encontramos el Penedo da Moura, donde esta criatura de la mitología gallega protege el tesoro que se encuentra en el lugar.

Pioucas da Santa o Pilas de la Santa

A través de una vía romana y antigua Ruta de la Plata del Camino de Santiago llegamos a este lugar donde podemos observar un precioso roble rodeado de un muro de piedras. En su interior se encuentran dos grandes pilas rectangulares horadadas en la piedra que posiblemente pertenezcan a un antiguo lagar donde se prensaba algún fruto, quizás uva, ya que los vinos gallegos eran muy apreciados por los césares romanos. La cultura popular y la leyenda cuentan que este fue el lugar donde Santa Marina alivió sus quemaduras después de ser rescatada por San Pedro. Estas pioucas cobran vital importancia en la procesión de Os Pendons durante la celebración de la Ascensión. A las aguas se les atribuye un poder curativo y hoy en día se siguen realizando una serie de rituales en busca de la sanación. Cuentan que si dais tres o nueve vueltas alrededor del muro cargados con piedras a vuestra espalda vuestras dolencias se sanarán. Este lugar, conocido también como el Carballo da Santa, no corresponde con la ubicación inicial del mismo. Antiguamente se ubicaba en el Monte do Señorito pero un rayo que lo partió y desde entonces el roble de la Piouca tomó el relevo.

Castro de Armea

Armea antiguamente era conocido como el Castro de la Atalaya y se creía que era un asentamiento de la Edad de Hierro. En los años 50 el arqueólogo Francisco Conde-Valvís Fernández compró los terrenos donde se encuentra el castro para poder estudiar el lugar y realizar su trabajo sin problemas. Después de varios años y diversas prospecciones arqueológicas decidió poner fin a sus investigaciones y enterrar todo de nuevo para conservarlo. Así que todo este patrimonio permaneció oculto hasta el año 2011 cuando se vuelven a retomar la excavaciones por parte del Grupo de Estudios de Arqueología, Antigüedad y Territorio de la Universidad de Vigo y el Concello de Allariz. Se descubrió algo que no se esperaba, los avances determinaban que lo que se encontraba bajo tierra era una ciudad romana de unas cinco hectáreas. Hasta la fecha y en las diferentes intervenciones que se ha llevado a cabo se han encontrado varias casas romanas, una calle pavimentada, canalizaciones de desagües, piedras labradas en forma de rosetas que se usaban para decorar las casas, medio centenar de piedras circulares con esvásticas, cerámicas, vidrio, joyas, calderos y utensilios de la vida cotidiana, metales de bronce y hierro o amuletos fálicos, entre otros.

Pero, sin duda, los hallazgos más importantes fueron la aparición de una cabeza antropomórfica del siglo I d.C. y dos estatuas de guerreros con escudo que se conservan en el Museo Arqueológico de Ourense. Probablemente, como otras figuras del mismo estilo encontradas, estaban fuera de su contexto, siendo reutilizadas en la construcción de la ciudad de Armea. Una de las últimas investigaciones realizadas apunta a que estos guerreros se colocaban en la entrada de las casas en la cultura castreña. Todavía no está claro el origen de este asentamiento, si es una nueva ciudad de comienzos de la romanización o un lugar habitado anteriormente por la cultura castreña.

Cruceiro de Armea y peto de Armea

En la carretera, entre Santa Mariña de Auga Santas y el pueblo de Armea os encontraréis un cruceiro con un peto, que está ligado al culto a los muertos. En él se depositaban ofrendas para rogar por las ánimas. Los cruceiros se sitúan habitualmente en cruces de caminos y en lugares repletos de supersticiones para conseguir santificar el lugar. Por lo tanto, no es de extrañar que proliferen en esta zona.

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